El árbol que se tragó la bicicleta
Una historia que demuestra que la naturaleza, con el tiempo, es capaz de casi todo, como en este caso, en el que un joven dejó atada su bicicleta a un árbol y éste siguió creciendo con ella incrustada.
La leyenda que acompaña a esta bicicleta se basa en que en el año 1914 un joven tuvo que ir a la Primera Guerra Mundial, así que tuvo que dejar su medio de transporte atado a un árbol, pero el chico murió y la bicicleta abandonada acabó engullida por el árbol.
Pero la realidad, no menos sorprendente, es que en 1954 Helen Puz después de enviudar se fue a la isla de Vashon, en Estados Unidos, acompañada de sus cinco hijos. Sus vecinos generosamente regalaron a la familia una bicicleta de chica para su hijo Don, de ocho años de edad. Pero, el niño no estaba contento con esa bicicleta, sin embargo, jugaba con ella en los alrededores de un restaurante llamado The Den (actualmente Food Sound).
La bicicleta no era de su preferencia, era pesada, tenía neumáticos de goma maciza “y un manubrio pequeño como el de un triciclo”, dijo. “Yo era demasiado grande para montarla.”
Helen Puz, la madre de él, cuenta que Don y sus amigos estaban jugando en el bosque juntos, y Don era el único niño que había llevado su bicicleta. Cuando los chicos decidieron regresar a casa, Don dejó su bicicleta atrás, decidiendo caminar a casa con sus compañeros.
Resulta que cuarenta años más tarde, Helen Puz leyó en el periódico local de Cashon, el Beachcomber, que habían hallado una bicicleta incrustada en un árbol, a un metro y medio del suelo en las proximidades del restaurante Food Sound. Al ver la fotografía reconoció, instantáneamente, la bicicleta de su hijo.
“Fuimos al bosque y la vimos, ahí estaba esa bicicleta en el árbol, y dije -Esa es la mía-“, recordó Don. “La reconocí de inmediato. Jamás he visto otra igual.”
Aunque Don Puz identificó la bicicleta, comprobando que era la zona donde la dejó abandonada años atrás, no mencionó haberla dejado encadenada a un árbol. A lo largo del tiempo la bicicleta ha presentado un aspecto distinto en las fotografías tomadas en diferentes momentos.